quinta-feira, 29 de novembro de 2007

Como os judeus depois de passar por guerras e aflições posso comemorar a vitória de Deus na minha vida


Há muitos anos atrás li este Reflexão e agora que vou comemorar 10 anos de casamento entendi como Deus nos dá vitórias e alegrias, depois de resistirmos e vencermos toda a luta.


Um anti-semita perguntou a um judeu idoso:

"O que você acha que acontecerá com os judeus, se continuarmos a persegui-lo"?

O judeu respondeu: "Haverá uma nova festa para nós!"

- "O que você quer dizer com isso?" - perguntou o anti-semita.

"haverá uma nova festa para nós!"

Como vocês poderão Ter uma nova festa se continuarmos a persegui-los?"

O velho homem retrucou: "Sabe, Faraó já quis nos exterminar - e ganhamos uma nova festa: Pessah, a áscoa!

- Hamã queria enforcar mordercai e aniquilar todos os judeus - ganhamos mais uma festa: Purim!

- Antíoco, o rei sírio queria eliminar os judeus. Ele sacrificou uma porco ao deus Júpter no templo - e Israel passou a ter uma nova festa: Chanucah, a festa das luzes

- Os árabes queriam impedir a fundação do estado de Israel - e ganhamos uma nova festa: Yom Ha'atzmaut, o Dia da Independência!

Os jordanianos ocuparam Jerusalém Oriental durante 19 anos e nos impediram de orar junto ao muro das lamentações, até que nossos soldados libertaram Jerusalém Oriental em 1967.

Desde então festejamos todos os anos o Yom Yerushalayim, o dia de jerusalém!

Se continuarem a tentar nos aniquilar, Deus simplismente nos dará novas festas!"


E percebi que ralmente por Cristo , estou debaixo das mesmas bençãos as guerras que superei, lutei e venci, batalhas desleais, pela fé em Deus venci, toda sorte de males humanos e espirituais superei e hoje posso comemorar 10 anos de casamento, é vitória demais, num mundo tomado pela quebra de aliança e egoísmo, Deus deu-nos forças para vencermos e agora podemos comemorar.


Louvado seja Deus!
Soli Deo Gloria!

¿Le creerás los Apóstoles O le creerás a un liberal gordo sobrepagado que habla dos mil años después,y jamás conoció al Cristo viviente por experienci

¿Por qué le creo a los escritores de los cuatro evangelios tocante a la resurrección de Cristo en vez de los críticos liberales de hoy? Hay tres razones principales.

I. Primero, yo creo lo que los Apóstoles dijeron acerca de la resurrección de Cristo porque ellos fueron testigos oculares.

Los Apóstoles estuvieron allí. Ellos no estaban hablando de algo que había sucedido hacía dos mil años, como lo hacen los liberales. Ellos en verdad estuvieron presentes y fueron testigos oculares de la resurrección de Cristo de entre los muertos. Lucas dijo que él guardaba testimonio ocular de los Apóstoles, que:
"...lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra" (Lucas 1:2).

El Dr. Norman Geisler dice: "Lucas compuso su evangelio alrededor del año 60 D.C., justo antes de escribir Los Hechos...Y como Jesús murió alrededor del año 33 D.C., esto pone a Lucas solamente veintisiete años después de los sucesos, mientras que los testigos oculares aún estaban en vida" (Norman Geisler, Ph.D., Systematic Theology, Bethany House, 2002, tomo I, p. 549).
El Apóstol Pablo escribe:

"Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún..." (I Corintios 15:6).

La mayoría de los quinientos testigos oculares aún vivían cuando el Apóstol Pablo escribió I Corintios, "el cual aún los críticos dan la fecha de 55-56 D.C. solamente veintidos a veintitres años después" de la resurrección de Cristo (ibid.).

El Apóstol Juan fue otro testigo ocular de la resurrección de Cristo de entre los muertos. Juan dijo:
"Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos..." (I Juan 1:3).

Tocante a su propio testimonio ocular de la resurrección de Cristo, Juan dijo:

"Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero" (Juan 21:24).

El Apostol Pedro dijo que él también había sido testigo ocular de la resurrección de Cristo. Él dijo que Dios "le resucitó de los muertos" (I Pedro 1:21). ¿Quién podría ser mejor testigo que el Apostol Pedro, quien estuvo allí cuando Cristo resucitó de los muertos y vio al mismo Cristo resucitado? Pedro también dijo:
"...no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad" (II Pedro 1:16).

Aún muchos eruditos liberales admiten que los libros del Nuevo Testamento fueron escritos durante la vida de los testigos oculares. El arqueólogo liberal William F. Albright dio tal sorprendente declaración:
Cada libro del Nuevo Testamento fue escrito...entre los años cuarenta y ochenta del primer siglo D.C. (William F. Albright, "Toward a More Conservative View," Christianity Today, Enero 18, 1963, p. 359).

Aun el extramadamente liberal John Robertson, quien inició el movimiento de la "muerte de Dios", escribió un libro titulado Redating the New Testament. En ese libro él dijo: "algunos evangelios pudieron ser de aun siete años después de cuando Cristo murió y podrían poner la dependilibidad de los documentos del Nuevo Testamento fuera de duda alguna" (citado en Geisler, ibid., p. 550).

Yo creo lo que los Apóstoles dijeron de la resurrección fisica de Cristo porque ellos vieron a Cristo después de resucitar de los muertos. Ellos son testigos oculares. Ellos dijeron:
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).

II. Segundo, yo creo lo que los Apóstoles dijeron acerca de la resurrección de Cristo por las muchas pruebas infalibles.

Por favor voltea a Hechos, capítulo uno, del verso uno hasta el tres. Leamos de pie, juntos estos tres versos en voz alta.

"En el primer tratado [el evangelio de Lucas] oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios" (Hechos 1:1-3).

El Dr. Henry M. Morris da los siguientes comentarios sobre las palabras "a quienes también después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables" (Hechos 1:3).

"Pruebas indubitables" es una sola palabra en el [original] Greigo (tekmerion) y solo ocurre una vez en el Nuevo Testamento. Enfatíza que las evidencias de la resurrección de Cristo no eran especulaciones filosóficas, sino actos ciertos...ningún otro evento en la historia Bíblica ha sido confirmado más ciertamente que Su resurrección corporal. No solamente Sus apariciones a los discípulos, sino también la inexplicable evidencia de la tumba vacía, el notable cambio en los discípulos, el desarrollo y esparcimiento de la iglesia como resultado de su predicación, el cambio de adoración en el primer día de la semana [Domingo]...en adición a los testimonios de los escritores del Nuevo Testamento...Todos estos combinados aseguran que Cristo murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación (Henry M. Morris, Ph.D., The Defender's Study Bible, World, 1995, p. 1176).

El hecho permanece que Jesús se presentó vivo con muchas "pruebas indubitables," (Hechos 1:1-3). Él tuvo que mostrar por "pruebas indubitables" que había resucitado, o ellos nunca lo hubieran creído. Ninguno de ellos creía que Él había resucitado hasta que Él se los probó. El Dr. Norman Geisler señala que:

Algunos críticos han tratado de poner en duda la validez de la resurrección de Cristo, insistiendo que Él se presentó solamente a creyentes, pero nunca a los incrédulos. ¿De verdad?
Es incorrecto decir que Cristo no apareció a incrédulos. Esto es claro por varias razones. Primero, él le apareció al más hostil incrédulo de todos, Saulo de Tarso (Hechos 9:1ff). La Biblia dedica mucho tiempo a varios capítulos para relatar esta historia (Hechos 9: 22, 26). [Saulo se hizo el creyente Apóstol Pablo como resultado directo de ser confrontado con estas pruebas "indubitables" de la resurrección de Cristo].

Segundo, aún los discípulos de Jesús eran incrédulos cuando Él primeramente se les apareció en la resurrección. Cuando María Magdalena y otros informaron que Jesús había resucitado, "a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían" (Lucas 24:11). Después Jesús regañó a dos discípulos en el camino a Emaús por su incredulidad sobre la resurrección de Él, "¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!" (Lucas 24:25). Aún después de que Jesús se apareció a las mujeres, a Pedro, a los dos discípulos, y los diez apóstoles Tomás dijo: "si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré" (Juan 20:25). Él no era creyente en la resurrección.

Finalmente, además de aparecerse a su discípulos incrédulos, Jesús se apareció a algunos que no eran sus discípulos en ningún modo. Él se apareció a su hermano Jacobo (I Corintios 15:7), quien con sus otros hermanos no era creyente antes de la resurrección (Juan 7:5). Así que es simplemente falso declarar que Jesús no se le apareció a incrédulos (Norman Geisler y Thomas Howe, When Critics Ask, Baker, 1992, p. 461).

¡Todo aquel a quien Jesús se presentó después de resucitar de los muertos era incrédulo en Su resurrección! ¡Pero cuando lo vieron creyeron!

"A quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días" (Hechos 1:1-3).

Después de verlo vivo de entre los muertos, podían decir con valor:
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).

III. Tercero, yo creo lo que los Apóstoles dijeron acerca de la resurrección de Cristo porque estos hombres estuvieron dispuestos a morir por creeren ello.

El Dr. Henry C. Thiessen dijo:
Los escritores del Nuevo Testamento eran honestos. El tono moral de sus escrituras, su interés en la verdad, y las circunstancias de sus cuentas indican que ellos no eran mentirosos, sino hombres honestos...el testimonio de ellos ponía en peligro todos sus intereses mundanos, como su posición social y la prosperidad material, y aún sus propias vidas. ¿Cuál podría ser su motivo en inventar una historia que condenaba la hipocrecía y era contraria a las creencias que habían heredado, si era necesario que pagaran tal precio por ella? Tal como [William] Paley dice, no hay evidencia satisfactoria por la cual testigos falsos hayan jamás apoyado lo que pensaban (Henry C. Thiessen, Ph.D., Introductory Lectures in Systematic Theology, Eerdmans, 1949, paginas 100-101).

Estos hombres estaban dispuestos a morir en vez de negar que habían visto al Cristo resucitado. Toma por ejemplo el testimonio de Esteban. Por favor voltea en tu Biblia a Los Hechos 7:55. .
"Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu" (Hechos 7:55-59).

Esteban, uno de los primeros diaconos, murió por decir que vio a Cristo resucitado en Su gloria. Se pueden sentar.

Luego piensa en la muerte de los Apóstoles. Cada uno de ellos aparte de Juan, tuvieron muertes terribles por predicar que habían sido testigos oculares de la resurrección de Cristo de entre los muertos.

Mateo fue hecho martir en Etiopía, muerto a herida de espada.

Marcos murió en Alejandría, Egipto, arrastrado por caballos alrededor de la ciudad hasta morir.
Lucas fue ahorcado en Grecia.

Juan fue hervido vivo en un gran recipiente de aceite en una ola de persecución en Roma. A duras penas escapó vivo y fue cicatrizado por el resto de su vida. Él fue el único Apóstol que murió en la vejez.

Pedro fue crucificado al reves en una cruz en forma de X porque dijo a sus ejecutores que no era digno de morir como Jesús.

Jacobo, el hermano de Jesús, fue lanzado de más de cien pies de altura desde un punto del Templo. Cuando vieron que aún estaba vivo, lo golpearon hasta que murió.

Jacobo el hijo de Zebedeo, fue decapitado en Jerusalén. El soldado Romano que estaba en guardia oyó sorprendido cuando él dio en su juicio su testimonio de la resurrección de Cristo. Tiempo después ese soldado Romano pasó a lado de Jacobo al lugar de su ejecución. Sobrellevado de convicción, declaró su nueva fe al juez y se arrodilló al lado de Jacobo aceptando ser decapitado por ser Cristiano.

Bartolomé, también conocido como Natanael, fue misionero a Asia. Él fue azotado hasta la muerte por predicar la resurrección de Cristo.

Tomás fue traspasado por predicar la resurrección de Cristo en India.
Judas, otro hermano de Jesús, fue traspasado por flechas por rehusar negar que Cristo resucitó de los muertos.
Matías, el Apóstol que fue escogido para reemplazar a Judas el traidor, fue apedreado y decapitado por su fe en el Cristo resucitado.
Barnabás fue apedreado en Salonica por creer que Jesús resucitó de los muertos.
Pablo fue torturado y finalmente decapitado por Nerón, el malvado Emperador en Roma el 67 D.C. Pablo padeció larga prisión en Roma antes de ser ejecutado. Durante este tiempo, él escribio varios de los libros del Nuevo Testamento. La Sra. Hymers y yo bajamos por una escalera a la celda donde Pablo escribió esas "Epístolas de Prisión", cuando estuvimos en Roma hace unos años. Pablo fue sacado de tal oscuro calabozo y fue decapitado por creer que Jesús resucitó de los muertos.
Todos estos Apóstoles entregaron sus propias vidas por predicar.
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).
¡Yo le creo a los Apóstoles porque ellos estuvieron dispuestos a morir en vez de negar haber sido testigos oculares de la resurrección de Cristo de entre los muertos! Ellos murieron diciendo:
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).
Tu maestro liberal en la universidad a la que asistes - ¿estaría dispuesto a perder su cabeza o ser hervido en aceite por lo que cree? Claro que no. Él solamente enseña la clase para ganar dinero.
Él no tiene otro motivo mayor que ganar un salario cuando se para en el salón y ataca la resurrección física de Jesucristo.
Pero los Apóstoles eran otra clase de hombres. Ellos en verdad vieron al Cristo resucitado, vivo de entre los muertos después de su pasión y muerte en la Cruz - y cada uno de ellos estuvo dispuesto a morir antes que negar
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).
Quiero que veas lo que uno solo de los Apóstoles padeció defendiendo la resurrección de Cristo. Voltea en tu Biblia a II Corintios 11:24-27. En este pasaje de la Escritura, el Apóstol Pablo nos
dice algunas de las cosas que padeció por predicar que Jesús ha resucitado de los muertos.
Leamos de pie II Corintios 11:24-27 en voz alta:
"De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez" (II Corintios 11:24-27).
¿Pasaría tu maestro incrédulo atraves de tales cosas como Pablo por las cosas que en que él cree? ¿Lo haría? Pero Pablo sí pasó todo eso por proclamar sin temor:
Lo flagelaron casi hasta la muerte, cinco veces. Él quedó cicatrizado de por vida. Lo dieron tres palizas. Lo apedrearon y lo dieron por muerto, pero consiguió gatear saliendo de entre aquellas piedras para predicar,
"Porque no me avergüenzo del evangelio" (Romanos 1:16).
Él predicó, continuamente y finalmente pagó el precio de su predicación del evangelio con su propia vida.
"...que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo" (Hechos 17:3).
Finalmente le costó su salud y su propia vida. ¿Pero, qué más podía hacer? Él tenía que predicar con los Apóstoles:
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).
Yo digo que tú puedes confiar en un hombre como el Apóstol Pablo. Él entregó su vida proclamando: "Jesucristo ha resucitado de entre los muertos." Para mi, la disposición que los Apóstoles tuvieron para morir en vez de negar haber visto al Cristo resucitado, es una de las pruebas indubitables de que podemos confiar lo que ellos vieron - y lo que escribieron acerca de Cristo - a quien vieron en persona por cuarenta días después de haber resucitado de los muertos.
Todos ellos proclamaron, ante la faz de la muerte:
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).
¿Le creerás a estos hombres que murieron predicando al Cristo resucitado a quien habían visto en persona, vivo después de Su crucifixión? ¿O le creerás a un liberal gordo sobrepagado que habla dos mil años después, y jamás conoció al Cristo viviente por experiencia personal?
¿A quién prefieres? ¿A Cristo o a Barrabás? ¿A quién escogerías - a tu maestro liberal en escuela secular, o a los Apóstoles ensangrentados que vieron a Cristo con sus propios ojos - y murieron proclamandolo?
Para mi, la opción es fácil. Yo daría mi vida para defender Apóstoles que murieron diciendo:
"Al Señor hemos visto" (Juan 20:25).
Cristo está vivo hoy. Él murió por tus pecados en la Cruz. Él resucitó físicamente de los muertos. Él ascendió de nuevo al Cielo, donde se sentó a la diestra de Dios, orando por ti. Ven a Jesús. Cree en Jesús. Jesús te salvará de la pena de tus pecados y te dará vida eterna.
"Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3).
¡Cristo ha resucitado de los muertos! ¡Aleluya! ¡Cristo está vivo para siempre! ¡Alabado sea Su santo nombre! ¡Cristo te puede salvar de la pena del pecado si vienes a Él! ¡Hosana en las alturas!

No vuelvo atrás, no vuelvo atrás


Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas...Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase" (Lucas 15:25, 28).


Como J. C. Ryle señaló, "El hermano mayor es un tipo exacto de una amplia clase en la Iglesia de Cristo hoy día" (ibid.). El hermano mayor representa a aquellos que han sido criados en la iglesia, aquellos que han asistido a la iglesia toda su vida, pero nunca han experimentado la conversión verdadera. Ryle dice: "El hombre que puede tener gran interés en la política, o...en los deportes, o en ganar dinero, pero ninguno en la conversión de almas, no es Cristiano. Él mismo está 'muerto' y se debe causar que 'viva otra vez'. Él mismo está 'perdido' y debe ser hallado" (ibid., pp. 192-193).


I. Primero, él estaba en el campo.


"Y su hijo mayor estaba en el campo" (Lucas 15:25).
Él no estaba en la casa. Él estaba en el campo. La salvación tomaba lugar en la casa, pero este hermano mayor estaba en el campo. En otra parábola Jesús dijo: "El campo es el mundo" (Mateo 13:38).
El campo representa al mundo. Aunque has estado físicamente en la iglesia por muchos años, en realidad aún estás en el campo. A pesar de tu moral y de tu conocimiento de la Biblia, aún no estás regenerado, aún estás en la misma condición en la que naciste. Estás bajo la influencia de Satanás, el dios de este mundo. Tú solamente estás interesado en las cosas de este mundo - obtener buenas calificaciones, ganar buen dinero, divertirte. Aunque vienes a la iglesia cada Domingo, y lo has hecho por mucho tiempo, tu corazón aún le pertenece al mundo. Esto se ve en tu negligencia de oración privada. Tú vienes a las reuniones exteriores de la iglesia, pero no tienes comunión interior ni compañerismo con Dios.

¿No era así el hijo mayor? Él nunca había físicamente dejado su casa. Pero aún así no estaba cercano a su Padre. Aunque él nunca se había ido de la casa, estaba en desacuerdo de corazón con su padre. Estaba emocionalmente y espiritualmente alejado de su padre, tal como su hermano menor lo había estado.

"Y su hijo mayor estaba en el campo" (Lucas 15:25).

Tú estás tan alejado de Dios, afuera en el campo, tal como una persona que nunca ha entrado a una iglesia evangelística. ¿No es cierto? ¿No es cierto que tú aún estás afuera en el campo? ¿Y qué te pasará si mueres mientras estás afuera en el campo? Oí de un jóven de veinticinco años que murió de un derrame cerebral repentino la semana pasada. Él era amigo cercano de mi sobrino. ¿Qué le sucedería a tu alma si murieras con tu corazón en el campo? ¿Qué bien te haría entonces la asistencia a la iglesia y la lectura Bíblica? Jesús dijo:

"Y en el Hades alzó sus ojos estando en tormentos" (Lucas 16:23).

II. Segundo, él llegó cerca de la casa.

"Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa..." (Lucas 15:25).
La "casa" representa la iglesia espiritual,

"la casa de Dios, que es la casa del Dios viviente" (I Timoteo 3:15).

Pero fíjate que a pesar de acercarse a la casa, él no entró en ella. El único modo en que alguien puede entrar a "la casa de Dios" es por medio del nuevo nacimiento.
"Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos" (Hechos 2:47).

Sólo aquellos que eran salvos eran realmente añadidos a la iglesia de Jerusalén.
Tú quizá te preguntes por qué hacemos tan grande cosa acerca de tu necesidad de nacer de nuevo. Quizá pensarás, "¿Qué más quieren? ¡Después de todo, estoy viniendo a la iglesia cada semana!" Pero has confundido venir a la iglesia con ser parte de la iglesia. Entonces quizá dirás, "Bueno, entonces me uniré a la iglesia. ¿Es eso lo que quieren?" No, eso no es lo que queremos. Venir a esta iglesia o aún unirte físicamente a esta iglesia no te salvará. El único modo de entrar a la iglesia espiritual es por nacer de nuevo. Si te quedas inconverso serás otro feligrés perdido.


¿Qué bien te haría eso? Jesús dijo:

"El que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Juan 3:3).

Mientras sigas inconverso seguirás siendo como el Hijo Mayor. Él estaba en el campo. Él solo podía venir "cerca de la casa." Él no podía realmente entrar a la casa a menos que hubiera un cambio básico en su ser interior, sacandolo del campo y haciendolo entrar a la casa espiritual de Dios. A menos que seas convertido, tú siempre estarás afuera mirando hacia adentro. No importa en cuantas "acitividades de iglesia" participes, aún serás extranjero a ella. Tú puedes decir, "¡Yo no quiero estar afuera! ¡Quiero entrar a la iglesia!" Entonces tienes que nacer de nuevo. No hay otro modo de "entrar." ¿Qué te pasaría si murieras como estás - fuera de la familia de Dios - afuera de la verdadera iglesia espiritual? Jesús dijo:

"Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos" (Lucas 16:23).

III. Tercero, él oyó la música y las danzas.

"Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas" (Lucas 15:25).

¡Qué retrato es este del feligrés perdido! Él oye la música y las danzas, pero no es parte de ello. Su corazón está afuera en el frío, aunque su cuerpo físico está en el edificio de la iglesia. Él está en la iglesia, pero no es de ella.

Yo creo que está "música y danza" en la parábola simplemente significa "gozo." En la parábola de la oveja perdida leemos:

"Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido" (Lucas 15:6).

En la parábola de la moneda perdida leemos,

"Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido" (Lucas 15:9).

Así que también en esta parábola hay gran gozo y felicidad por un pecador que es convertido.
Nota, primero, que esta no era danza de borrachera como las que vemos hoy. Los judíos aborrecían las borracheras, y sus bailes eran solamente para hombres, como se ve en El Violinista en el Tejado. Ésta simplemente era una gran fiesta felíz, de gran gozo, llena de música alegre - y algunos de los hombres regocijandose por el retorno del hijo perdido, comenzaron el baile tradicional folklórico judío.

Nota, segundamente que el hijo mayor no podía entrar en este gozo. Debo señalar, de nuevo, que él se quedó afuera.
Nunca habrá gozo verdadero en el corazón de un feligrés que permanece perdido, siempre se pregunta, "¿Estoy perdido?" Siempre hay una incertidumbre, "¿Qué me pasará a mi cuando muera?"

"No hay paz para los malos, dijo Jehová" (Isaías 48:22).

Tú oirás la música y las danzas, pero estarás afuera - para siempre. El hijo mayor afuera de la fiesta de gozo, es un triste retrato del hombre perdido - fuera del gozo del Cielo por toda la eternidad. Jesús dijo:

"Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos" (Lucas 16:23).

IV. Cuarto, se enojó y no quería entrar.

"Entonces se enojó, y no quería entrar..." (Lucas 15:28).

Me pregúnto si no habrá algo de eso entre ustedes. Tú has venido a la iglesia por muchos años. Tú has visto gente ir y venir. Tú los has visto profesar ser salvos - y los ves caer. Tú piensas que todo es una fantasía. A veces quizá te preguntarás si en verdad la conversión existe.
Y luego alguien viene y es salvo. Y todos nos gozamos. Pero tú te pones a un lado y piensas, "Ya veremos. Él caerá como los demás. ¿Para qué emocionarnos por eso? Y no harás que yo entre. Yo creo que todo esto es falso." Yo estoy seguro que algunos de los que han estado aquí por años en un estado inconverso aveces piensan así.

Ochenta y ocho por ciento de aquellos criados en la iglesia, a los dieciocho años dejan de asistir, para nunca más volver. Seguramente los jóvenes así tienen enojo e incredulidad - como el Hijo Mayor. ¡Ese hijo mayor no creía para nada en la conversión! Pero mira dónde lo dejó - solo, afuera, lleno de enojo y orgullo - sin esperanza ni felicidad interior en Cristo.

"Entonces se enojó, y no quería entrar..." (Lucas 15:28).

En vez de pensar acerca de los que tuvieron una profesión falsa y se regresaron al pecado, ¿qué tal si pensamos en los que tuvieron conversiones verdaderas y nunca cayeron? ¿Por qué no pensar en el Dr. Cagan, que fue convertido del ateismo? La conversión fue total, completa, y muy real en la vida de Dr. Cagan. ¿Si esas fueran las únicas conversiones verdaderas que jamás hubieses visto, cómo puedes negar la realidad de la conversión? Dr. Cagan nunca volvieron a ser los mismos después de ser convertidos - ¡y tú lo sabes!

"Porque muchos son llamados, y pocos escogidos" (Mateo 22:14).

He aquí este pobre tipo, afuera y enojado, ¡Porque no cree en la conversión de su hermano! ¿Qué bien le hizo ser frío y dudoso? ¿En qué le ayudó?

Sin duda él pensó que su hermano era bueno para nada, y que él regresaría al pecado de nuevo. ¿Y qué si lo hacía? ¿Qué si todo el mundo caía? ¿Cómo desaprobaría eso el valor de la conversión? Los pioneros misioneros miraban las cosas de una mejor manera. David Livingstone fue a Africa y sacrificó su vida para convertir a los paganos. Él solo tuvo un "converso" - y ese uno fue reprobado en conversión falsa. ¡Pero eso no detuvo a David Livingstone! Él continuó predicando el evangelio hasta el día que murió. ¡Livingstone creía en la conversión porque la Biblia lo dice - sin importarle si algún ser humano lo creía o no! El Apóstol Pablo dijo:

"¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso" (Romanos 3:3-4).

Yo creo en la conversión porque Jesús lo dijo - en la Biblia. Yo no creo porque algún humano falible lo haya dicho. ¡Yo creo en la conversión porque Jesús lo dijo! Él dijo:

"De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no estraréis en el reino de los cielos" (Mateo 18:3).

Eso responde la questión de si la conversión es real o no. Jesús lo dijo. Eso es suficiente.

"Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez...Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el Areopagita, una mujer llamada Dámaris..." (Hechos 17:32, 34).

No te pares afuera, enojado, sin creer en la conversión. ¡Sé como Dionisio el Areopagita y aquella mujer Dámaris! ¡Asegúrate de que tú crees en Cristo y eres convertido!

Porque debo advertirte de nuevo, que si te quedas enojado e incrédulo, como el hijo mayor, no habrá esperanza para ti.

"Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos" (Lucas 16:23).
V. Quinto, su padre lo llamó para que entrase.

Mira una última vez a Lucas 15:28. Leamos de pie este verso en voz alta.

"Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase" (Lucas 15:28).

En esta parábola el padre representa a Dios. Cuando tú no quieres venir a Cristo, el Padre sale y te ruega a entrar. Dios te ruega. Él te implora, te llama a entrar a Cristo y la salvación que Él ofrece.

"Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase" (Lucas 15:28).

La palabra Griega traducida "rogaba" es de "parakal??." Significa "invitar, llamar para" (Strong). Reinecker señala que la palabra Griega es imperfecta, indicando que "él continuaba rogandole [llamandolo]" (Fritz Reinecker, A Linguistic Key to the Greek New Testament , Zondervan, 1980, p. 188).

"Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase" (Lucas 15:28).

Dios siguió llamando a su hijo mayor para que entrase. Y por años Dios te ha estado llamando a tí a entrar a Cristo. Él nunca ha dejado de amarte. A traves de los años tú has estado en la iglesia, sin creer realmente en la conversión, porque has visto a tantos que "en el tiempo de la prueba se apartan" (Lucas 8:13). Pero aunque hayas sido desanimado y hayas abandonado la creencia en la conversión, ¡el Señor no te ha abandonado a ti! Él sigue llamandote a venir a Cristo. Dios el Padre dice: "Entra, hijo mío." Entra, "que ya todo está preparado" (Lucas 14:17).

"Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente" (Apocalipsis 22:17).
Entra a Jesucristo, el Hijo de Dios.

Otros quizá te desilucionarán. Otros quizá sean falsos. Pero Jesús nunca te desilucionará. Él no te dará una promesa falsa. Él está con sus brazos abiertos rogandote que vengas a Él. Él te recibirá con brazos abiertos. Él te salvará de tus pecados, consolará tu corazón, te llenará de gozo, limpiará tu pecado, y convertirá tu alma. Él lo hará. Él prometió que lo haría - y Él no mintió cuando lo prometió, cuando Él dijo:

"Venid a mí, todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11:28).

¡Cuán grande amor Él nos ha prometido, Prometido a ti y a mí!Aunque hemos pecado, Él perdón tiene, Perdón para ti y para mí.Venid, venid, si estáis cansado, venid; ¡Cuán tiernamente Jesús hoy os llama,O, pecadores, venid! ("Cuán Tiernamente" por Will H. Thompson, 1847-1909).


by Dr. R. L. Hymers, Jr.